​Vientos de producción impulsan el barco, pero la marea inflacionaria no ha sido domada – Columna de opinión de Emiliano Fucks Jara

junio 11, 2024 Makarena Celedón Jorquera
Escrito por el investigador del Departamento de Ingeniería Eléctrica y académico de la Facultad de Administración y Economía, Emiliano Fucks Jara, para el Diario Estrategia.

La semana pasada se han conocido los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo 2024. Recordemos queridos lectores que, en sencillo, el IPC es algo así como un “promedio ponderado” de los precios de todos los bienes y servicios medidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Al igual como en el Colegio o en la Universidad, algunas notas valían más y otras menos, a la hora de medir los precios de los bienes de la economía, algunos importan más y otros importan menos.

Las variaciones experimentadas por este indicador, son una aproximación (o proxy) al movimiento experimentado por el nivel de precios de nuestra economía. En el análisis de la comparación mensual, mayo del 2024 exhibió un aumento de precios de 0.3% respecto a los precios observados en abril. Por otro lado, en la comparación de doce meses hacia atrás, es decir contra mayo 2023, el aumento de precios ha sido de un 4.1%.

Por un lado, podemos decir que el primer número es alentador, debido a que ha sido el registro de variación mensual más bajo de los 5 observados durante este año (0.7%, 0.6%, 0.4%, 0.5%, 0.3%, desde enero a mayo, respectivamente). Este número se debe a que 12 de las 13 divisiones de productos que son medidos por INE registraron variaciones positivas, mientras que solamente 1 registró una disminución (vivienda y servicios básicos). Dentro de los aumentos de divisiones más importantes tenemos transporte, vestuario y calzado, donde se comprenden bienes tales como la gasolina, que aumentó en un 2.3%, entre otros.

Sin embargo, la variación a 12 meses (+4.1%) es la que se vuelve más preocupante, pues es 0,1% mayor a la última medición registrada donde habíamos quedado en un 4.0%. Se puede mirar la parte más llena del vaso, y reconocer que la variación a 12 meses no creció tanto como en la última medición (+0,3%), ni saltó tanto como lo hizo en el verano (+0,7%). Sin embargo, este número a 12 meses, con el acumulado de un 2.4% en lo que va del año 2024 (con sólo menos de la mitad del año transcurrido), me hacen pensar que el escenario donde terminemos el año con un 3% es uno poco probable de ocurrir. En caso de que ocurriera, esto significaría que una buena parte del segundo semestre los precios no deberían subir, o tendrían que bajar (es decir que observemos IPC´s negativos). Por lo tanto, es probable que los agentes del mercado ajusten sus expectativas de inflación para el 2024 más hacia arriba.

Por lo tanto, no hay que cantar victoria frente a la inflación (opinión que ha empezado a instaurarse). Salir de la tendencia inflacionaria es un viaje largo, en el que hay que persistir. Es importante no olvidar que Odiseo luego de combatir con Escila, descanso y se entregó a los placeres. Cuando creyó que su viaje había terminado, Poseidón hundió su barco. Ojo con el jugo de limón.

Por lo tanto, para hacernos una idea intuitiva de hacia dónde marcharán los precios y nuestro barco, es importante pensar ¿qué ocurrirá con la producción? Si seguimos las cifras conocidas sobre la actividad económica, resumidas en el Índice Mensual de la Actividad Económica, todos los registros (sólo se poseen 4 para este año, pues este índice se calcula con un mes de rezago) de crecimiento, tanto mensual, como a 12 meses, han sido positivos. Hoy estamos en un 3.5% de crecimiento con respecto al año pasado, y una proyección de 3% como la más aceptada para el crecimiento anual.

Esto me da para pensar que se han domado los vientos de la producción y que estos empujan nuestro gran barco, pero que la marea de la inflación sigue activa, y no hay que dejar de tenerla en cuenta. Así como el Banco Central incorporará esta información en su reunión de política monetaria, debemos invitar a nuestros policy makers a considerar esta realidad inflacionaria presente en el diseño e implementación de la política económica, así como muchas veces escuchamos en los discursos combatir la inflación es tarea de todos.