El 30 de noviembre de 2017 se produce un importante hito para el sistema eléctrico nacional: la interconexión eléctrica entre el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) y el Sistema Interconectado Central (SIC). Este hito marca un antes y un después en los panoramas energéticos chilenos.
Son varios los elementos que se estudiaron y analizaron antes de tomar la decisión de interconexión entre ambos sistemas eléctricos, tales como económicos, de estabilidad y de seguridad del sistema, así como operacionales, como la posibilidad de estabilizar la frecuencia del sistema eléctrico del SING (sistema altamente variable debido a las cargas predominante mineras y la generación de tipo térmica), versus la frecuencia del SIC que por corresponder a un sistema de generación con bastante inercia y almacenamiento hídrico, la frecuencia se mantenía prácticamente constante.
No obstante, no fue sino hasta la llegada masiva de la energía solar fotovoltaica en el norte del país la que finalmente gatilló la decisión de interconectar ambos sistemas, prometiendo estabilidad, seguridad del sistema y por sobre todo precios bajos de la energía, tanto para clientes libres como regulados.
En términos de estabilidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional (nombre con el cual pasa a llamarse la unión de los sistemas SING y SIC mediante la ley 20.936, de 2016), se ha cumplido la predicción de mejora, lo cual se ha visto materializado en menos cortes de suministros, black outs y por sobre todo, con la importante reducción de la operación de los esquemas de desconexión automática de carga −EDAC− (frecuentes principalmente en el SING antes de la interconexión).
Durante estos siete años, se han realizado también importantes inversiones para fortalecer esta interconexión en el marco de la expansión de transmisión, tales como la línea de 500 KV de la empresa TEN entre Changos (Mejillones) y Cumbre (Diego de Almagro), la línea de 500 KV de ISA entre Cardones−Polpaico y la esperada línea de extra alta tensión en 600 KV corriente continua−HVDC (por su sigla en inglés), entre Kimal (Antofagasta) y Lo Aguirre (Santiago), cuya puesta en servicio se espera para 2029.
Lo que ha quedado pendiente desde la interconexión SING-SIC es la reducción de precios de la energía para los clientes libres y regulados, quienes no han visto aún materializarse las bondades que tendría la masiva utilización de la energía solar y eólica. Esto se debe a que aún están activos los antiguos contratos de suministro de las empresas distribuidoras, los cuales fueron adjudicados antes del 30 de noviembre de 2017. Además, existe un gran nivel de vertimiento energético que, según datos del Coordinador Eléctrico Nacional, durante el primer semestre de este año registró un total de 2.037 GWh, un 142% más que lo registrado durante todo el año 2023. Este fenómeno se debe a la sobreoferta de ERNC y a que aún el sistema de transmisión no es lo suficientemente holgado, produciendo congestiones que limitan la capacidad de transmisión de potencia, debiendo esta ser vertida o desechada.
La buena noticia es que con la puesta en servicio de la línea HVDC para 2029, la entrada en vigor de nuevos contratos de suministros de las distribuidoras a partir de 2023 y el fortalecimiento de la interconexión del antiguo SING-SIC, los usuarios tendremos menores precios de energía que los actuales y un sistema eléctrico nacional más seguro y estable.